miércoles, 3 de abril de 2013

Perdona si te llamo error

Hoy es momento de olvidarte, o de aprender a vivir sin ti, sin todo aquello que creía necesario.

Después de 389 días toca bajar del cielo, de dejar de soñar.
Una cantidad de recuerdos indefinidos van derrapando por cada esquina de mi mente, intentando que de alguna manera rectifique y una vez más vuelva para decirte que no se acabó, que te quiero. 
Pero ya no funciono de la misma manera, ya no soy esa tonta a la que convencías con una sonrisa de complicidad, ni con esas historias baratas, ni con esos planes de futuro en nuestra casa de playa. Ya no.

PERO JODER, DUELES DE UNA MANERA EXTRAORDINARIAMENTE LETAL.

¿Y ahora qué? Ni recuerdos, ni mierdas, no queda nada colega. 
Nos hemos caído del cielo al que estábamos acostumbrados. Hemos dejado de caminar sobre esos sueños, sobre NUESTROS SUEÑOS.

Me has cortado las alas, me he olvidado de respirar. 

Necesito tu aliento en mi cuello para sentir que sigue habiendo motivos por los que vivir.
Necesito tus brazos para acordarme de como volar.
Necesito el humo de tus petas para completar la dósis que sólo tu conseguías darme.
Necesito tus besos de media tarde para asistir a alguna de esas citas con tu boca.
Necesito tus manos para sujetarme cada vez que me tropiezo con el puto pasado.



Yo como una Roma en ruinas, pero París está allí dónde tu estés. 
Tu como Troya, ardiendo de ira, y yo como Venecia, repleta de lágrimas.

NO INTENTO HACER POESÍA, ESO YA LO HACÍA ÉL MISMO CON SÓLO MIRARME.

Supongo que nuestra historia llega a su fin, nos hemos roto.
Quién me iba a decir que la primavera traería un frío de pleno Enero sobre mi alma. Nadie me aviso de que esto acabaría en un infierno, sin ti, sin mí, sin NOSOTROS.
Que por mucho que pasen los años, la lluvia de Abril no limpia estos daños. Y joder que si duele, prefiero doscientas hostias a sentir que te has ido. Y me cuesta aceptar que no estás, que todo acaba aquí, pero quizás no exista ningún por qué, quizás es mejor así.

     <<Quizás no estábamos hechos el uno para el otro, quizás la eternidad se equivocó, y el destino nos la jugó.>>

Al igual que nacemos para morir, todo empieza para terminar.







4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Me da rabia leer cosas así porque me doy cuenta de que en mi blog falta mucho de ese dolor que se respira en tus palabras.

    Un relato muy crudo, muy a flor de piel, de los que duelen cuando les da el aire. Veo que hay una gran historia detrás de estas pocas líneas y me quedo con ganas de más.

    Un saludo, nos leemos

    ResponderEliminar